El cable del canal de disidencia se envió antes del colapso del gobierno respaldado por Estados Unidos en Kabul, lo que puso en marcha un tumultuoso período de evacuación que incluyó una toma del poder por parte de militantes talibanes y un ataque que mató a 13 miembros del servicio estadounidense.
Blinken inicialmente se resistió a proporcionar el cable al Congreso, diciendo que podría disuadir a los trabajadores de usar el canal en el futuro. Señaló que el departamento había enviado a los legisladores miles de páginas de documentos relacionados con la retirada, que fue ampliamente vista como un final caótico y vergonzoso para las dos décadas de Estados Unidos en Afganistán.
El Departamento de Estado propuso en su lugar hablar con los legisladores sobre el contenido del documento, y luego el mes pasado permitido solo a McCaul y al representante Gregory W. Meeks (DN.Y.), el miembro de mayor rango en el comité, para leer el cable. Meeks también había solicitado el cable el año pasado.
McCaul, a su vez, amenazó con declarar en desacato a Blinken si continuaba reteniendo el cable del canal disidente de todos los miembros del comité.
Esos legisladores ahora tendrán “una oportunidad razonable para ver el cable del canal disidente y la respuesta”, dijo McCaul en un comunicado el lunes, y señaló que era la primera vez en la historia que el Departamento de Estado permite que el Congreso vea un cable del canal disidente.
“Este es un paso adelante sin precedentes en la investigación de nuestro comité sobre la retirada de Afganistán”, dijo McCaul. “Este cable contiene información de primera mano de los empleados de la Embajada de Kabul que estaban en el terreno antes del derrumbe, así como la respuesta del secretario Blinken a sus inquietudes. Quiero agradecer al secretario Blinken por negociar conmigo de buena fe sobre esto”.
McCaul también se retractó de sus amenazas de declarar en desacato a Blinken y dijo que el acuerdo sería “un arreglo satisfactorio” para la citación de marzo.
No estaba claro qué pasos habría tomado McCaul, quien el año pasado publicó un informe sobre el manejo de la retirada por parte de la administración, para hacer cumplir la citación.
Los expertos legales le dijeron a The Washington Post en marzo que el Congreso tiene un poder limitado para obligar a una agencia del poder ejecutivo a entregar un documento en tales situaciones. Los legisladores podrían presentar cargos penales por desacato o emprender otras acciones legales para tratar de obligar al departamento, pero ese sería un proceso lento con un resultado incierto. Alternativamente, podrían intentar forzar la mano del departamento reteniendo fondos o bloqueando la aprobación de los nominados de la agencia.