Esas son algunas de las preguntas a las que se enfrentan los productores de los Oscar, ABC y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, que ha corrido el riesgo de enfadar a algunos de sus miembros y ha soportado críticas por los planes de revolucionar el formato con la entrega de ocho galardones durante lo que asciende a a un preshow, luego editando esos discursos de aceptación en la transmisión.
No todos los problemas relacionados con los premios de este año se resolverán cuando se abran los sobres en la noche de los Oscar. Pero aquí hay seis cosas a considerar antes, durante y después:
La decisión de la Academia de cambiar el formato para apaciguar a ABC, que transmite el programa, ha generado rumores sobre la búsqueda de un hogar televisivo diferente, uno que celebre el arte sin tanta preocupación por los índices de audiencia. Pero dado que la tarifa anual de la red cubre el presupuesto de la organización, tal cambio requeriría una gran inversión por parte de una nueva plataforma y podría diluir aún más a la audiencia.
Lo que todos parecen reacios a reconocer, aparentemente, es que los medios de comunicación se han convertido en un mundo fragmentado y, aparte del Super Bowl, los eventos compartidos, que alguna vez calificaron los Oscar, se están convirtiendo cada vez más en una cosa del pasado.
¿Funcionarán las categorías que reducen el tiempo?
Las protestas por el cambio de premios en categorías principalmente técnicas eran predecibles, pero reflejan un guiño quizás tardío a un hecho que otros programas de premios han reconocido desde hace mucho tiempo: la gente mira para ver estrellas, no editores de cine o técnicos de sonido.
Dicho esto, no hay evidencia clara de que una transmisión de ritmo más rápido y más orientada al entretenimiento impulsará los índices de audiencia, en cuyo caso la Academia tendrá miembros alienados sin un beneficio claro.
¿Netflix cumple con su impulso por el reconocimiento de los Oscar?
Después de conquistar los Emmy, Netflix comenzó una campaña concertada para los Oscar, comenzando con “Roma” en 2019, la primera de sus siete nominadas a mejor película, incluida la de este año, a pesar de la resistencia dentro de la Academia para reconocer completamente la transmisión de películas junto con sus hermanos teatrales. .
¿Será recordado como un año débil para el cine?
¿Se verá caritativamente en el futuro un año que ungió “El poder del perro”, una película convincente pero de movimiento muy lento, o la pequeña “Coda”? Veremos, aunque dada la falta de consenso y el nivel de críticas dirigidas a ambas películas, habrá muchos mariscales de campo los lunes por la mañana sin importar de qué lado vayan los votantes.
Pasado versus presente: encontrar el equilibrio adecuado
Históricamente, los Oscar mezclan lo antiguo y lo nuevo, y este año no será una excepción, con homenajes planificados a los 60 años de la franquicia de James Bond y el 50 aniversario de “El Padrino”.
Sin embargo, los espectadores mayores que vieron a los Corleone en los cines no son la audiencia a la que la Academia y ABC anhelan llegar si van a plantar las semillas para el futuro. Y los grupos demográficos más jóvenes que están desesperados por atraer (en parte porque eso es lo que codician los anunciantes) no están viendo las películas que están viendo (piensen en “Spider-Man: No Way Home”), una gran parte de los nominados. .
¿Puede el programa inspirar a la gente a ir al cine?
Históricamente, una gran parte de los premios Oscar ha sido animar al cine, lo que se ha convertido en algo más que un ejercicio académico para los estudios y, en particular, los teatros. El programa del año pasado introdujo el hashtag #TheBigScreenIsBack y promovió ver películas “de la forma en que siempre las ha amado”.
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